Kiwi, limón, mandarina, naranja,
pomelo, papaya, chirimoya, piña, higos,
dátiles son frutas de esta temporada que conviene consumir para proveernos de
vitaminas. La abundancia en vitaminas es una de las principales señas
de identidad de cualquier fruta, si bien unas contienen vitaminas que apenas
aparecen en otras.
Todas las frutas de invierno son muy
ricas en ácido ascórbico o vitamina C. Los cítricos
constituyen la primera fuente de esta vitamina, a excepción de la guayaba y el
kiwi que concentran la mayor cantidad de este nutriente.También contienen
ácidos orgánicos como el cítrico, que les confieren sabores ligeramente ácidos.
Este último potencia la acción de la vitamina C.
Además de la vitamina C, en las
frutas de invierno destaca el elevado contenido en carotenoides, pigmentos
vegetales con capacidad antioxidante. En estas frutas abunda también la fibra,
mayoritariamente soluble: pectina y mucílagos.
En los cítricos, la fibra
(pectina) se concentra en la parte blanca que cubre la pulpa, que no hay por
qué desechar. El color de naranjas, mandarinas y pomelos lo aporta el
beta-caroteno, del que aprovechamos sus propiedades beneficiosas.
El valor
energético de las frutas de invierno viene determinado por el contenido en
hidratos de carbono simples:glucosa, sacarosa y, principalmente, fructosa. Las más ricas en azúcares son las
frutas desecadas,dátiles, higos secos, seguidas de las tropicales: chirimoya,
níspero maduro, caqui, mango y piña tropical.
La fruta, mejor entera,la mejor
forma de aprovechar sus cualidades nutritivas es
consumiéndola cruda. No hay que excederse en el pelado, ya que la parte más
externa, justo debajo de la piel, es la que concentra mayor cantidad de
vitaminas. Si se opta por tomarla con piel, hay que lavarla para eliminar los
posibles restos de pesticidas y otros contaminantes que pudieran hallarse en la piel.
Trocear la fruta supone poner mayor superficie del
alimentos en contacto con el oxígeno, por lo que la pérdida de vitaminas por
oxidación es mayor,lo más recomendable es partirla justo en el
momento en que se vaya a consumir. Ocurre lo mismo con los batidos y purés: si
queremos conseguir todo su aporte vitamínico hemos de consumirlos
inmediatamente después de elaborarlos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario